domingo, 1 de noviembre de 2009

Siempre que orino pienso en algo importante



Autor: Fernando Nachón

(Otros blogs de mi autoría linkeados en http://fernandonachon1.blogspot.com/ )



CUENTO CORTO Y MORTAL

(Subtítulo: "The End of the World").

Neptuno murió, cuando agua dulce tomó.

(Variación -y duración- sobre el mismo texto):
Siempre que orino, pienso en algo importante.



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VARIOS ESTILOS DE MEAR


Recargado con mi mano aparentemente limpia contra la sucia pared de un baño público, recordé, que mientras que para Cortázar escribir es algo así como el box, para mi: Escribir es karate, karate y más karate.
La palabra "karate" significa "mano vacía". (Si le añadimos un “Do” ya sería “El camino de la mano vacía”).
Me recargaba porque estaba borracho.
Así como existen escritores "boxeadores", se que también los habrá "golfistas", "futbolistas", “beisbolistas”, etc.
Pocas veces encuentro una competencia de karate en la televisión. Por eso mismo no soy famoso.
No aparezco en la televisión literaria; ya que mi estilo es simplemente karateka.
Es breve. Uno o dos golpes, y al suelo cualquiera de los dos:
Lector o redactor.



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EL TRATADO DEL CONOCIMIENTO


El sinónimo del título de éste ¿artículo? es "epistemología".
Este "asunto" de la epistemología, es para saber si lo que escribo (o escribiré) son, (o serán) puras tonterías.
En la epistemología se intenta descubrir -si lo que se descubre-: (valga la indecorosa redundancia) es verdad o mentira.
Escucho la canción italiana: Que me importa el mundo. Cabizbajo, meo, sentado y a chorritos.
Recuerdo que los musulmanes tienen que orinar sentados por obligación, para no tocarse el pene, y así su pensamiento no sea desviado de Alá.
Pienso en esto. Pienso en Paz.
Pero no en "la paz", sino en Octavio Paz.
¿Cuántas cosas habrá pensado mientras meaba -el Nóbel mexicano-?
¿Cuántas Nietzsche?
¿Cuántas Víctor Hugo?
Los grandes pensamientos se han ido por el caño. (Lugar común para una "salida común").
¿Y qué pensar acerca de la etapa uretral?
Si -como apuntan los freudianos-: los niños juegan para ver quién orina más lejos -y así sentir placer en la uretra (relacionándolo con el símbolo "fuego")-. ¿Cuántos y cuantos pensamientos vulcanizados no han caído en arena seca absorbiéndose más como virtudes que como pecados?
Pero me dejaré de "mamadas"... quizá algún día, algún Spielberg (50 por ciento científico, y 50 por ciento idiota), descubra (en un laboratorio) como ver los pensamientos, quizá encuentre alguna relación entre la distensión de los músculos (para mear) y el pensamiento introspectivo.
Analizarán la orina y quizá encuentren palabras amarillas... esperen, me llama el Dr. Mc Cormick:
--- Hola -le respondo desde mi frágil teléfono móvil.
--- Hola Dr. Frankestein -me saluda serio (como si en lugar de descubrirme como a un coco con agua descubriese un asesinato) y añade con tono seco:
--- ¿Qué hace?
--- Orino, reviso mi mente, y también la orina que circula por mi corazón -le respondo feliz como un chino.
--- ¿Le esta inyectando orina a sus personajes?
--- Algo peor -le respondo levantando mi cara hacia el cielo raso de mi laboratorio-: les inyecto "esperanzas".
--- ¡Vaya pues!
--- Seguiré orinando
--- Hasta luego
--- Adiós.
Me levanto sin tocarme el pene.
Dios sigue conmigo.



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LA COMEDIA INHUMANA

Don Nepomuceno Lorca Santamaría se hurgo la nariz a escondidas de Doña Eulogia Cortés Palmeros.
La casa de Doña Eulogia era un palacio. Los muros amarillos por oro latente centelleaban como en un juego virtual.
--- ¡Don Nepomuceno! -exclamo la dama.
--- ¿Dígame?
--- No se saque los mocos, por favor.
--- Ah, disculpe.
Don Nepomuceno se ruborizó hasta el cansancio y no se despidió de Doña Eulogia por vergüenza.
Salió de prisa. Caminó por entre el viento frío. Volteó a ver el palacio de la dama. Se hurgó de nuevo la nariz y se sacó un moco seco que le molestaba como una piedra en un zapato.
Durante dos semanas Doña Eulogia se dedicó a desprestigiarle entre toda la burguesía de Torremolinos; por eso Don Nepomuceno no fue invitado a ninguna de las cenas de gala que se dieron en el transcurso de esos quince infelices días.
Él tenía un palacete. Aunque era rico, no llegaba a poseer lo que Doña Eulogia tenía.
Observó los veintitantos lomos de "La Comedia Humana" y se dijo a si mismo: "Gracias a un moco seco, por fin estaré a solas con Balzac".
(Final cochino para un espíritu libre… y eso que dicen que los cerdos no pueden mirar al cielo).

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¿SERA ÉSTE UN TEXTO CRISTIANO?



La montaña mágica se derrumbó encima de un pueblo llamado “Nietzsche”.
Sus habitantes –todos superhombres- se arremolinaron socavando la mecha que estaba en medio de la vela.


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PINTURA


Escogí un tipo de letra llamada “Tall Paul”, (parece “tailandesa”, –la veo en esta NOTE BOOK saliendo ilesa a mis palabras-.
¿Cuántos escritores estarán escribiendo “otras” cosas por haber usado otro tipo de letra?
La pregunta de arriba, es un pensamiento tan obvio, que no merece éste tipo de letra; aunque a veces es importante publicar obviedades.
En papel se ven distintas.
No parecen tan obvias.
Mueren antes.

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ABCDEFGHIJKLMNÑOPQRSTUVWXYZ.

No cabe duda que cuando tiene uno deseos de escribir da igual escribir lo que sea.
Quisiera ser tan inteligente como para ser digno de que me conectasen unos electrodos en el cerebro, y así de manera portátil –mis pensamientos- se fuesen capturando.
Lo curioso es que mis pensamientos no concuerdan con lo que escribo. Mis pensamientos están “de acuerdo” con lo que escribo, pero se secan… en mis sesos… ya cuando salen, están casi evaporados.
Soy un barco de vapor.





LAS LATAS


Orlando caminaba por el cubano malecón. Una ráfaga de luz le vino a la frente como si se le estrellase una lata de cerveza en el medio de la frente… supuso que podía huir del estalinismo construyendo una barca sostenida con latas rellenas de aire.
En la Feria Internacional de Productos Ilógicos (que se había suscitado en La Habana) un pelirrojo corpulento (que vendía “aire tejano enlatado”) llamado Rick, le propuso venderle cientos de esas latas a módico precio. (Se las enviaría desde Dallas vía especial). Lo que no imaginó Rick es que Orlando pensaba usarlas para huir.
Aunque ustedes no lo crean Rick creía en la buena fe de los cubanos; sabía que aunque las latas quedarían sin abrir serían exhibidas en las casas como sinónimo de libertad de expresión. (No era tan ingenuo como para no saber, que nadie gastaría su dinero para suspirar el poco aire americano… aunque no faltaría alguno). Esas latas “detendrían” su destino en un estante (junto a alguna foto del Ché). Ahí se quedarían gruochomarxistamente humedeciéndose en la Habana, como un recuerdo de que el sentido del humor existe –como autonomía- en los Estados Unidos.
Lo que tampoco sabía Rick, es que Orlando había buscado CUALQUIER cosa para huir. Aunque el moreno por un tiempo había estado “enamorado” del comunismo, se dio por vencido cuando encontró a un amigo en un psiquiátrico por “pensar”, aunque –en una realidad falseada- su amigo estaba acusado de “difamación”.
Orlando se imaginaba a La Florida como un malecón de lujo. No se sentía un gusano. ¿Por qué no podía abrazar otro sistema social? ¿Había sido un religioso de la causa?
Un día me dijo: - No me interesan tanto los supermercados de los Estados Unidos, como poder huir, ya que aquí no me dejan “pensar”. (Él era delgado, seco y moreno).
--- Se que te están persiguiendo –le comenté en voz baja como si un micrófono flotara por el aire.
--- Si –me respondió viendo el horizonte mas como una quinceañera. (A sus 57 años obviamente parecía una quinceañera monstruosa).
--- No te preocupes –le dije con mi acento americano (porque yo también soy gringo) y añadí: -Yo, como turista, te puedo ayudar a considerar que el dinero no es la felicidad, pero de nada te serviría mi explicación.
--- No me importa estar sin dinero con tal de pisar a lo que estúpidamente llaman “el mundo libre”.
--- No te entiendo ¿quieres salir de una cárcel para entrar a otra?
--- Aunque sea –me dijo con sus ojos rasgados por el sol.
El tiempo pasó,, las latas de Rick llegaron. Orlando armó su balsa. (Supongo que le habrá puesto unas 400 latas en la base).
Se despidió de mi, y cien metros antes de tocar la Florida lo recibí con un grito, y con un altavoz desde un helicóptero: “¡Deténgase ahí! ¡Esta usted bajo arresto!”.


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PUJIDOS EN LA MILPA


El titulo de éste texto me lo “dio” Edson. Un joven que piensa dedicarse al comercio internacional y que por su “logotipo” más que por su “biotipo”, acabará vendiendo biblias de casa en casa.
Se encuentra aquí a mi derecha, le dije que ese sensacional título debiera mínimo de alcanzar una extensión de 687 páginas, superando al TERRA NOSTRA de Fuentes o al PALINURO DE MEXICO del otro viejo.
Es por eso que quiero interrogarlo (lástima que esta sobrio)… se pasea de derecha a izquierda, estamos en LA OCASIÓN (una librería de viejo). No hay clientes. También esta Vito (descendiente directo de los Corleone) se ríen.
En fin:
--- Edson, ¿a que te refieres con pujidos en la milpa?
--- A este, ¿cómo era?
--- No se.
--- A lo sabroso que es echarse una cagada a medianoche en una milpa.
--- Hummm, interesante.
En eso, de pronto, no se si en un ataque de megalomanía o de razón meliflua le digo.
--- En la línea anterior podríamos haber terminado este cuento.
Es una pena que no se puedan escribir textos en donde se hagan referencias bibliográficas o seudobiográficas (por la molestia de escuchar un apellido) y es que –precisamente-, como aprendí de Mr. Charles Bukowski hago libros para que los lean los despachadores de gasolina, pero los despachadores de gasolina en México no han leído a Bukowski, lo mas probable es que se hayan echado una cagadota en una milpa.
En este momento Vito llega con dos caribes coolers, me deja a un lado la nota, la veo por verla, me dan ganas de copiarla aquí, por lo siguiente: trae una especie de código, no de barras, pero si de números con letras que dice algo así como AFA901128115 y creo (o estoy seguro) de que me gustaría mas trabajar copiando claves que inventando esta sarta de mamadas.
Y a lo que quiero ir, y nos lleva este –alevoso- título de este (inmortal) texto, es que copiar números y números es como cagar entre la milpa.
--- Oye –me dice Vito - también pujidos en la milpa puede tener una connotación sexual.
(Bueno, no dijo “connotación”, pero los jóvenes ya destaparon sus caribes coolers, y por arte de magia se animaron (esto quiere decir que se pusieron platicadores, y por lo tanto, ya van en la página veinte de este texto –hablan y hablan-, mientras que mi tiempo “literario” apenas transcurre en esta primera página).
Yo no bebo porque le llevo ventaja a Bukowski, él no estudió etología, él no estudió un libro del lenguaje de los gatos y quizá por eso se aburría en casa.
A los despachadores de gasolina que estén leyendo esto, les abreviaré que Bukowski fue un escritor norteamericano que decía: “Escribir es como rodar por una escalera”. Así me gusta escribir a mi, por cierto déjenme bajar a la sección inferior de esta librería a darme un churro de mota porque (Nota del autor: La diferencia entre el autor que he citado tanto, y yo, es que el era borracho a mi edad (49) y yo soy marihuano puro. Digamos que mi viaje es la pachequez… incluso en una columna que escribía en un diario me firmaba como Fernando del Pasón, pero como que “pasón” suena en México más a cocaína… y yo no le meto a esa madre… en todo caso sería más correcto: Fernando del Jalón.
Pero ya me la estoy jalando mucho, mejor me voy a dar un “toque”. Si muero en mi haber (de marihuano), les diré: “Nunca dejen de echarse una buena cagadota en la milpa”, yo nunca lo he hecho, es por eso que se los recomiendo (me imagino el viento)… ah, y un día escribiré mi novela “mexicana” de 687 páginas con este título… “y ahí si podrás poner connotaciones sexuales” –me dice Vito Corleone a mis espaldas…








BROKEBACK MOUNTAIN



La montaña rusa imaginaria me rompió la espalda tan solo de verla (o quizá de escribirla). (La imaginé de madera).
Estaba en Guadalajara e iba rumbo al CINEPOLIS.
Estaba levemente preocupado ya que me habían invitado –vía Internet- a participar con un texto en una revista llamada: “GENERACION”, pero lo que mas me inquietaba, era que yo tenía casi cincuenta años de edad y no sabía a que generación se referían... daba igual.
Gracias a mi edad, iba manejando un corvette rojo de cien mil dólares. Supuestamente, “el uñas negras” (un punk que ni siquiera él mismo sabía si era bueno o malo) iba a esperarnos –a su amiga (también punk), y a mi- en la puerta –de varias puertas de múltiples cines poliédricos-.
“El uñas negras” era un punk de veinte años de edad. Me había encargado llevar al cine a su amiguita (“la pelos necios”: una chava con la cara casi pintada de blanco por el maquillaje, rimel tatuado, lápiz labial negro y un crucifijo al revés sobre –obviamente- una blusa negra (Se vestía como de los “ochentas”).
Yo había ido a Guadalajara porque no quería situar -éste mi texto- aquí (en Tijuana) o en otro pueblote de México; al fin y al cabo en este país todos son “pueblotes”.
“La pelos necios” iba muy seria. Como íbamos en un convertible se sentía avergonzada, ya que (ignoro la razón), los punks detestan el dinero. Son algo así como comunistas góticos. (Que raro, ya que Drácula era rico).
Yo, con mi cara vetusta ponía propositivamente cara de estúpido. (Si, ya se, que no me costaba mucho trabajo hacerlo).
Recordé que había puesto la palabra “generación” en Internet, y me aparecieron muchas páginas acerca de la “generación X”… jejejeje, ahora los de esa generación ya están añejones (¡hasta hijos tienen esos hijos de su pinche madre que me tiraban de viejo!) (Eran tan idiotas –esos monos que ahora tendrán 40 años de edad, que ni siquiera sabían que el mismísimo Douglas Coupland –el criador (del criadero) de la Generación “X”- era casi tan “anciano” como yo fui anciano, para ellos, a los 32).
Ni “el uñas negras” ni la gótica que iba a mi lado (con sus pestañas de tarántula) vendrían siendo de la Generación “Z” sino de la “G”… los de la generación “Z” eran chavos que enseñaban los calzones arriba del cincho, se peinaban con los pelos para arriba lo wey, y repetían mil veces la palabra “wey”… se dice que están muy desilusionados… ¡chales! (También en la época de Werther estaban desilusionados… y no enseñaban los calzones).
Le aceleré a mi auto nomás por mamón. ¡me encantaba ser mamón con las chavas! Pues como eran jóvenes sabía que no me las iba a poder coger.
Como la chica era “punkie” no sabía que decirle… hasta que le pregunté:
--- ¿Sabes de que trata la película que vamos a ver?
--- No –me respondió por compromiso, sin dejar de mirar al frente.
--- Creo que es de vaqueros –le dije con mi cara de imbecil fumando un Marlboro.
No respondió, se limitó a mirar al horizonte (que eran las calaveras de un BMW), como si estuviera hipnotizada o por su propia impostura, o quién sabe por qué chingados.
“¡Carajo!” –Pensé, y me añadí con ira- “Es lo malo de ser viejo, éstas pinches viejas nomás piensan en chavillos y no prestan las nylon”. Me recompuse y pensé: “Siquiera me la he pasado bien en el burdel de la calle Aldama… hay buenas viejas, nomás paga uno y luego nomás las manda uno a chingar a su madre. (De pronto comprendí por qué Schopenhauer en lugar de tener esposa iba a los burdeles).
En lo que a mi concierne no tenía ni idea de lo que trataba la película, solo había visto diez segundos de un avance en donde se veían montañas, caballos, vallas de madera casi gris y unos gringos fumando.
Mas que deseos de ir al cine, sabía que tenía que salir un rato de mi casa porque la polilla ya me estaba haciendo agujeros en los sesos (y en las nalgas).
No tenía amigos de mi edad, ya que todos los pre-vejetes (y que somos de la “generación W” –nacidos en los 50´s-) tienen hijos (o nietos) (Y yo no tengo ni unos ni otros), -por fuerza- deben trabajar para mantenerlos.
Al llevarme con “jóvenes” todos en éste pueblote pensaban que yo era puto. ¡Chales! (Parecía que nadie había visto la película: “Belleza Americana”, y no se daban cuenta de que a los que –inconscientemente- les gustaba que les roncaran en la nuca eran a ellos).
Aunque por fin me iba a relajar de la homofobia de la gente… viendo montañas gringas y quizá dos o tres balazos…(¿John Wayne?).. ¡claro! ¡De seguro que iba a haber muchos balazos!... ¡mucha acción! ¡Mucho Butch Cassidy! ¡Viva Billy el Niño!
Cuando terminó la película, regresé a mi casa y me dije: “Creo que soy puto”.



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SIN TITULO


Por en medio del avance tecnológico y mi ambición (entre el desierto y el oasis) me compré una PALM. Ahí no solo podré leer libros electrónicos, sino también escribir notas. Frases cortas, o hasta incluso una novela.
Lo curioso es que hoy me compré una pequeña libreta que me costó tres dólares y dije “lo curioso” porque me dolieron más esos tres dólares que los trescientos de la PALM.
Quizá mi “dolor” consiste en que aquí tendré que escribir y escribir, sin embargo en la PALM puedo leer, o simplemente estar viendo imágenes, o perder el tiempo, o buscar la manera de no escribir nada, como si no escribir nada fuese más importante que escribir algo, como si ser espectador fuese más valioso que ser actor.
En esa mini computadora puedo borrar todo, sin embargo en esta libreta aunque puedo tachar mi letra (escrita con bolígrafo de punta atómica) quedará inutilizable. (¿Valdrán tres dólares esto que escribo o escribiré?)
Hubiese preferido rellenar esta libreta con números, casualmente (por su tamaño) tan solo fue diseñada con cuadrículas y no con rayas. No estaría nada mal que a cada cuadro le tocase una letra, como si cada letra fuese un número.
Esta libreta es cara, porque en la portada trae una representación de “El café” de Van Gogh. Aunque es de noche ese café no me parece esquizofrénico.
Son las cuatro de la madrugada y escribo esto en mi auto. Podría escribir en mi casa, pero la sensación de que pudiese pasar la policía para revisar que hago, me anima. (Nunca pensé que la paranoia podría darme vida). Aquí parezco un detective mas por no traer la PALM que pos usar un cuaderno breve en su tamaño. Parezco alguien que planea algo. Alguien para quién la palabra “sospechoso” es más una personalidad que un adjetivo calificativo despectivo.
Las farolas son ámbar. Y (ríanse) estoy enfrente de mi casa. Entre el cuarto donde “debiera” de estar escribiendo esto, frente a mis ojos, hay un camellón con árboles francos y pudientes. (No son pudientes porque de ellos salga dinero, sino porque parecen dormir). Eso hace a los árboles “complacientes”. Pero pueden dormir de noche).
La luna esta arriba de mi. Pero no la veo, estoy en un auto sin quema cocos. ¿La luna “quema”?
Me duele la espalda. Ya lo dije: Si trajese la PALM podría pasar por ingeniero y no por sospechoso. Creo que una de las cosas por las que la compré fue porque pienso escribir cosas ligeras, lo paradójico es que una mini PC es más pesada que unas hojas de papel… enroscadas por un gusano de plástico.
Quizá escriba relatos delgados. Otros no lo serán tanto. Pienso en títulos y mas títulos. Solo me falta escribir el contenido, el caso es que se me ocurren muchos para futuros textos, y aquí los iré anotando conforme vayan pasando los segundos:

“La resurrección de Raskolnikof”

“Dios maldiga a las PALM´S”

“El escritor que usaba tinta de pulpo”

“La policía nació a mi izquierda”

“Albur de odio”

“Arenas movedizas sin rosas”

“Roza mi puerta”

“El hombre que escalaba con valium”

“El narrador que en lo que busca donde cayeron sus gafas en el auto olvida el título de su siguiente novela”

“Henry James en calzones”

“El auto criticón”

“La duda flaca”

“Las vacas dudan”

“El reloj de suelo”

“Los mil y un cuentos que nunca se escribieron”

“El exilio de la letra “ch””

“El oftalmólogo miope”

“Proctólogos con hemorroides baratas”

“Charla entre dos prostitutas vírgenes”

“La paranoia de Sherlock Holmes”

“El hombre que cuando fumaba marihuana se sentía como un auto con el freno de mano puesto”

“Bebiendo café en el café Vincent”

“El día que inhumaron a Faulkner”

“El hijo de puta que escribió un libro titulado: “el hijo de puta””

“El hijo de perra que tenía cara de perro”

“Topología para contorsionistas principiantes”

“Fisiopatología del espíritu canceroso”

“La sinrazón de Hegel”

“La razón de Schopenhauer”

“La ruptura del deseo en los calzones de Sísifo”



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¿?


Facundo Cabral Garcés hablaba de Cristo como si se estuviese arrastrando sobre la humildad. Tocaba su guitarra, parloteaba y silbaba, pero nadie lo quería reconocer en su barrio como un cantante profesional. Se quería parecer a su homónimo argentino -que acababa de presentarse en el Palacio de las Bellas Artes- pero solo se parecía en lo ridículo.
A nuestro mexicano Facundo, Cristo no le parecía ridículo, pero si Krishna. No entendía por qué. Quizá por los colores chillones en que era representado.
Un día se quedó sin dinero para el camión, y fue cuando vio una tienda hindú… y de paso, predicarles de Jesús de Nazaret. Les quería cambiar unas estatuas por otras.
Entró lento como un gitano drogado mas que como un cristiano pacífico. La tienda la atendía una chica delgada como el humo que salía de una varita de incienso rojo.
El vertical vestido de la joven la hacía parecer aun mas delgada.
“Esta mujer no ha de tener ni un solo agujero en la cola” –pensó Facundo, y de inmediato se censuró: “Debo de respetarla, que tal si ella fue una culebra en la otra vida… como dicen éstos hippies”.
--- Hare Krishna –exclamó ella alegre.
Facundo se inspiró y de inmediato le tiró un: “La paz sea contigo” que le salió de una boca que pareció el agujero de una guitarra española. (Y eso que también era delgado).
En la esquina de la tienda se encontraba sentado otro hippie –esposo de la chica- pareciendo más un muñeco encerado, que de cera.
--- ¿También es hindú? –preguntó Facundo.
--- Si, y espero que Rama lo proteja.
--- ¿Cuál rama?
--- ¿?
Facundo pensó que la chica hablaba de la rama que se le iba a caer encima al “bato”; después –de este punto y coma- recordó (como lo que solo puede recordar un cerebro de 17 años) que los hindúes tenían más dioses que niños.
--- Hare Krishna –dijo Facundo Cabral Garcés hipócritamente.
--- ¿? –Expresó la chica sin agujeros, y poniendo boca de botón le preguntó:
--- ¿Quiere comprar inciensos?
--- No gracias. Soy cristiano.
--- ¿?
--- ¡Arriba las manos!

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MI VIDA DURANTE 20 AÑOS Y DESDE LOS 20 AÑOS


“En mi vida yo nunca he sido feliz, las estrellas me iluminan al revés” escupía la rockola del antro con una voz aguardientosa que cantaba desde un CD tan real como las nueve de la mañana de ese día dominical día más faulkneriano que hemingweiano.
Bukowski no entraría a este lugar, me dije viendo a mis paisanos más mexicanos que mexicanos. Ellos no conocen a Bukowski. Yo si. ¿Serán inferiores a mi?
¿Me siento más gruexo que Bukowski, porque he ido a antros diez veces peores que a los que él fue? ¿Seré mejor escritor por eso?
Uno de mis paisanos traía un bulto en la parte baja de la espalda, bajo una chamarra de cuero de esas que aun no existían en el pueblo de Juan Rulfo…, quizá el tipejo estaba armado. No me importó. Yo no era una sombra, en realidad yo era el hombre invisible. Bebía tanto que ya no existía en este mundo. No me sentía muerto, simplemente invisible. Fue por eso que me pare delante del individuo en actitud retadora (como si yo estuviese en el cielo y él en el infierno). (Yo no era macho, mas bien –lo recalco- yo era más invisible que un pedo, aunque menos apestoso).
--- ¿Qué te pasa gringo? –me dijo a sabiendas que yo era inclasificable al ser mexicano y de ojos azules.
--- A mi nada ¿y a ti?
--- Pues a mi tampoco –se levantó a partirme la madre.
Sentí el botellazo en pleno temporal. Y aunque el hueso se llamé así, no por eso deje de perder la noción del tiempo en medio de un temporal de tequila que se regó por todos lados.
--- Tomé uno de los vidrios y me corté la muñeca.
Se alejó de mi asustado.
--- ¡¿Qué le pasa?! –me gritó un hombre mayor que lo acompañaba.
--- Tranquilo –le dijo a mi agresor.
--- Soy invisible –les dije orgulloso.

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HUMO DULCE

(DULCE INHUMACION)


De dulce es el cigarro,
Dulce muerte cancerosa.

Soy como los cangrejos
Camino de lado aunque
Todos crean que camino para atrás.

De lado caeré en mi tumba.

Tumba que será rasa –por la noción de una aplanadora-
Soy concreto en el fumar.

Viva el veneno dulce.
Bienvenidos a mi funeral



RIADA

“Quisiera explotar en tres lujurias”
Así canta mi alma en medio de una riada con huesos de vacas,
Y casas destruidas que vienen sobre mi.

Todo esta en completa paz;
Por eso mismo quisiera partirme en tres pedazos.
El miedo no tiene viento.

(La paz es un aerolito en reposo).

Mi alma se distribuye a partir de su propia construcción.
La muerte es una vaca.


PEREZA NOVELISTICA


Las plumas nunca son verticales.
Vuelan horizontales.

El horizonte parece una pluma.
También el lenguaje cae del medio.
Con sus patas corvas cae en picada.

Es lamentable ver a un ave caer.

Volveré a escribir poesía con elevaciones momentáneas.

Soy flojo para caminar.


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LAS HORAS SECAS

Las horas secas entrañan figuras
Que desiertas emanan su tristeza corporal

Simplemente las observo desnudo
Con el alma idiota
Y los párpados bravos.

¿Cuando fue que se secaron?
¿En que realeza quedaron tan perfumadas que se arrugaron?

El hombre vive a semejanza de su mascota.

Por desgracia las horas siempre han sido mis mascotas.



APOCALIPSIS MATUTINO

La leandra tenía cara de liendre. Un apóstol del Apocalipsis intentaba dictarle lo que era la justicia. Ella –prostituta por generosidad mas que por costumbre (o quizá: por la costumbre de la generosidad)- no le hacía caso al sátiro color oro-fuego.
Ella no quería morir. Ni amaba a Nostradamus, ni tampoco la guerra… incluso había arrancado todos los capítulos del Apocalipsis de su Biblia.
Sin embargo el apóstol del Apocalipsis la quería seducir con su idea atómica.
La perseguía, la volvía loca, la enamoraba y la seducía, al grado de que ella se sintiese una leona guardiana del día final.
Cuando ella murió él logró su delicado propósito: Se suicidó.
Salió en los diarios, la gente leyó la noticia bebiendo café con crema en polvo.






HOMENAJE A UN IDIOTA


Melquíades Aburto García asistía (sin fallar, y siempre vestido de negro) a su terapia “melancólica” con el doctor Luis Andrade Palacios Alcocer. La terapia consistía en darle de golpes al médico, el cual se vestía de portero de hockey. El consultorio en realidad era un galerón construido por azar (y para maquinaria pesada –ahora oxidada-) para que los bastonazos y puñetazos sustituyesen las tempranas frustraciones del joven punk.
Melquíades tenía 21 años de edad, era bajo pero delgado. Odiaba a sus padres porque no le habían puesto por nombre: “Rozz” (como el puntazo: Rozz Williams) o ya de perdida: Jim.
Aunque el doctor Palacios Alcocer quería cobrar por golpe no lo hacía. Cierto día, con todo su armazón de “las águilas de Texcoco” invitó a varios amigos (con cara de curanderos) para que presenciaran su terapia que –según él- había creado.
Uno de ellos –al cual apodaban “Jung”- le dijo que era una mamada, otro mas –al cual le decían “Reich” tan solo aplaudió como idiota. Al final de un mes de exhibición observaron que Melquíades seguía con los mismos resentimientos contra sus padres. Quiero aclararles que todo esto se efectuaba en una ciudad perdida (para los que no saben lo que es una “ciudad perdida” me refiero a un lugar “tangente”, pobre y sucio).
--- Es una terapia gringa –comentó Palacios Alcocer usando la palabra “gringa” en lugar de “americana” para ganarse la admiración del “doctor” Jung, pues creyó que siendo despectivo con sus vecinos del norte los “médicos” entenderían que él era sencillo pero sabio.
--- Es una terapia estúpida –argumentó “Freud” (otro briago mas) mientras se rascaba la cabeza en busca de piojos. A su lado había una botella de caña tan barata que costaba menos que el bocabajeado cubo de cemento vacío donde se sentaba.
“Jung” por su parte bebía trapiche, pero lo combinaba con una cerveza tibia. (Y a “Reich” ya de plano lo habían amarrado por sus delirios).
El doctor Palacios Alcocer usaba un smoking viejo; era un tuxedo que había encontrado en la basura y que le daba un estilo de “degeneración proyectiva” quizá el reflejo del traje les dará una cruenta idea de que nadie sabía lo que pasaba un centímetro debajo del cráneo del médico.
La pobreza los tenía siempre borrachos; solo las amas de casa (si es que se pudiese llamar “casas” a unas láminas empotradas). Eran las que parecían caminar por el barrio. Ya que los hombres estaban ocupados en beber y en cargar bultos de cemento hacia arriba y hacia abajo., y fue así, como en esa enconada “ciudad” se había desarrollado Melquíades robando y bebiendo desde los catorce años de edad.
Cuando el Dr. Palacios Alcocer colgaba el smoking y se ponía su uniforme de trabajo (de portero de hockey) se transformaba en un costal de box.
“Freud”, “Jung” y “Reich” lo seguían frecuentando mas por las cervezas y la caña que por sus teorías. Hasta que un día Melquíades se curó; pues revisando en un sucio café Internet se enteró de que Rozz Williams se había ahorcado, y fue así cuando un día sin pensarlo dos veces (y sin dos cuerdas) él también se ahorcó frente a esos “médicos” mientras dormían la mona.
Los padres de Melquíades no hicieron nada. Aun les quedaban ocho hijos por mantener. Desde entonces dejé de escribir y me puse a leer un poema que dice: “Me celebro y me canto a mi mismo”
¡Exacto! El idiota era yo.




DECALOGO PARA EL ESCRITOR MARIHUANO


1) No escribas decálogos de escritores pues te abuchearán.
2) Recuerda cuando fue la última vez que eyaculaste; ya que no se puede escribir ni muy lleno ni muy vacío.
3) Calcula bien el tiempo que vas a utilizar forjando toques (liando porros).
4) No busques a un amigo que te forje los toques, ya que al rato vas a estar fumando hierba como si fuese cigarro y se te caerá la baba por Pendejo.
5) Piensa que soy Dios y sigue mis consejos.
6) No te rasques el culo mientras escribes.
7) Calcula el desmadre (cachondéo) en tus textos. (Tradúcelos al castellano moderno para que te entienda la monarquía).
8) Mándame a chingar a mi madre.
9) Se lo mas cursi que puedas.
10) Come frutas y verduras.



SIMPLEMENTE ARNOLD


Arnold Schwazeneger Rodríguez era un joven tan delgado como un alambre. Tenía catorce años e iba al gimnasio a perder el tiempo. Se miraba al espejo como si mirase una pajuela. No era amarillo pero lo parecía por su mueca triste. Su metabolismo no le ayudaba al crecimiento de sus músculos.
--- No “subo” –le decía Arnold a su amigo (Tom Cruise de la Barrera) refiriéndose a que sus bíceps permanecían neciamente delgados.
--- Es tu metabolismo. Pero nunca vayas a “meterle” a las “pastas”. Dedícate a otro deporte.
Arnold se dedicó a escribir, pero tampoco “subieron” de peso sus textos.
(Cualquier coincidencia con la vida real será mi autobiografía).



FABULA FACIL


Una luciérnaga le dijo a una chicharra:
--- Quiero ser escritora, siento que una luz resplandece dentro de mi.
--- Pues yo prefiero dedicarme a la política –comentó la chicharra alisándose las alas como si fuese a asistir a un festejo.
--- A mi no me gusta la política –comentó cabizbaja la luciérnaga para así no entrar en controversias con su interlocutora.
--- Eso veo –dijo la chicharra, y añadió mientras detuvo su estrepitoso canto- ya que si fuese de “alma política” no me llevarías la contraria.
--- Pero te dejé “cabizbaja”.
--- Ni aun así podrás dedicarte a la política.
--- Pasaron los años y la chicharra fue reconocida como escritora y la luciérnaga como una gran política; el acostumbrado destino había volteado las cosas.

Moraleja:

No mames.



PERIODISMO NATO


La piedra filosofal se desgastó con el paso de los grandes pies de los siglos. Heriberto Pérez Duarte la encontró dura como su segundo apellido. La guardó en su vieja bolsa roja. La piedra –llena de agujeros- se interconectaba para así darle cobijo a pequeñas arañas que entraban negras pero salían de oro. Las pobres “nenas patudas” entraban vivas, y salían de nuevo, para, tan solo vivir un segundo.
Por eso Heriberto no pudo venderlas como imperdibles.
--- ¿Por qué ésta piedra, de tan extraña forma, tan solo crea arañas con un segundo de vida? –se preguntó con el alma miope; cuando de pronto un gran genio se le apareció y le dijo:
--- Esa es la señal de que los tiempos están muriendo.
Heriberto, asustado, se hincó; después de un largo rato tomó aire, y (para apaciguarse), se dijo a si mismo: “Hasta la piedra filosofal se ha vuelto egoísta”.
El genio le dijo:
--- No mames que a ti no te queda escribir así.



MAS ALLA DEL BIEN Y DEL MAR


En el “mundo perfecto” un negro y un blanco no cesarían de abrazarse. Los norcoreanos comerían muchas hamburguesas con ketchup. Los franceses crearían un vino que no diese resaca. Todo marcharía tan bien que no habría temas para escribir.
--- ¿Es que acaso no puedes escribir acerca de “el bien”? –me preguntó un general mientras que simpáticamente se dedicaba a limpiarme las botas.
--- No.-Le respondí aburrido.
--- Entonces, usted quiere cambiar el orden de las cosas, y como aquí no existe “el mal”, tan solo pensaré en su pensamiento.
De pronto, desaparecí de ese planeta.



EL GRAN MAESTRO DEL ENSAYO


Facundo López Andrade era un “androide” de la literatura, aunque, paradójicamente, demasiado tradicional. Usaba el método de lanzar al aire los exámenes de sus alumnos, y los que cayesen sobre su escritorio sacarían diez, y los que cayesen en el suelo reprobarían automáticamente.
Sus alumnos (jóvenes de diecisiete años) no sabían por qué reprobaban; y los otros porque eran calificados con diez. Unos se mezclaban con los otros. Y es que el profesor (López Andrade) no era maestro de matemáticas, y por eso no podía darse el lujo de demostrarles que en cuanto escribir ensayos se trata de se “aprueba” o se “desaprueba” por puro azar.



LUJO EN EL CAMPO

Los árboles se mecían como si cargasen toneladas. Un sol mas brillante que el tercer ojo pintaba de verde el panorama. Doña Jesusa Tapia de la Montoya era una campesina de abolengo. Ella –junto con su hermana Eloisa- recolectaba el maíz con precisión astucia y soberbia.
Todos los demás pobres las veían diferentes. Los lugareños eran simples adornos para ellas. Y es que “ellas” tenían el don de ahorrar para cada año poder cambiarse su ridículo nombre.



SENSACION EN LA NARRACION

Le fluían las palabras al Premio Nóbel. Yo lo envidiaba, pero, ¿para qué?, si yo no soportaba las alturas. Desde hace cinco años se me desarrolló un vértigo vertiginoso. Y fue exactamente hace seis meses cuando tuve que llevarle unos papeles a un ciudadano importante. Eso fue en un doceavo piso, pero no contaba que tendría que caminar por un pasillo con un barandal de menos de un metro y veinte de altura. Mi mente me dijo: “No podrás controlarme y por eso te lanzarás al vacío”. Eso lo recuerdo y lo siento ahora. No me gusta narrar. Me gusta volar.





A MI ME HUBIERA GUSTADO SER HOMOSEXUAL


A mi me hubiera latido ser “gay”; no porque me gusta que me penetren, ni porque quiera meter (mi medio logrado pene) en la mierda, sino para tener esa tercera visión que tienen los homosexuales. Me viene a la mente un programa de TV titulado “Queer eye for the straight guy”… un TV show, en donde cinco homosexuales le “arreglan” la casa a un machín. Quizá me gustaría ser gay para poder así arreglar mis textos… no dudo que al rato dos o tres homofóbicos me digan a risas: “Mejor le hubieras puesto de título a tu texto: “HOMENAJE A LOS PUTOS””, jajajajaja, ¡Pinche gente!




ESTE TEXTO ES ASQUEROSO Y DEPRIMENTE


Los pobres son como malvados ratones que pareciese que nunca tuvieron un “nido”.
Yo nunca he sido pobre. (¿Tu nunca has tenido zapatos?) (¿Has visto a alguien sin zapatos en una librería?
Por lo tanto –apresurado lector-, tu y yo “podemos” hablar de “los pobres”.
Sigo opinando que ellos, son como ratones malos sin nido. ¿Te molesta mi opinión? No importa. Este libro nunca lo comprará un pobre.
“Solo un pobre Pendejo” podríais pensar.



LO QUE ESCRIBO CUANDO CAGO

Cuando cago me relajo. Pienso en Bukowski y me cago en él. Me caga su fama. Me emputa que haya nacido antes que yo. Me caga que aunque llegase “YO” a llegar a escribir mejores cosas que las de él, siempre seré comparado (como una malacopia de su rollo), por lo tanto, no seré “copiado” a otros idiomas. Ni modo, la envidia no anda en burro.
Nuestra esencial diferencia: Sus padres hicieron un frente común contra él en su infancia; a mi me fue “half and half” en todo… pareciese que los escritores que aun conocemos la palabra “misericordia” estamos vetados en la “nueva” fama literaria.
A mi me tocó escribir los escritos malos, porque alguien lo tenía que hacer. (Si ya se que ya hay –y ha habido- muchos escritos “malos” en este mundo, pero a mi me tocó hacer los nuevos).




MENOS MAS MENOS DA IGUAL

En el “tachar” también se narra.
Hace un rato taché gran parte de lo que había escrito, y, me siento igual que si hubiese narrado a un gato caminando.




NO PUEDO ESCRIBIR

No puedo escribir la frase “mi hermano murió”. Apenas ha pasado un mes.
Mi esposa se fue a España porque su padre tiene cáncer. Estoy –casi- solo.
Vivo como vivía mi papá: Pues mi perrita (“Lula” –de piernas de 15 centímetros de largo- se parece a mi hermana. (Ella se encarga de separar a los gatos).
“Inés” vendría siendo mi mamá, a veces esta en paz, a veces no. (Es gris atigrada y delgada).
“El Gremlin” –café con leche, e hijo de “Inés”- vendría siendo yo. (Tan solo esta pide y pide) sin atinar que es lo que quiere. Se unta mucho en los bordes de los muros.
“Guaira” también es gris y atigrada, pero algo obesa. Ella vendría siendo la trabajadora doméstica- (o “la gata” como dicen en México) con la que conviví muchos años de mi infancia. Era oaxaqueña, y como “Guaira” me quería mucho (No se lleva muy bien con los demás).
Y entre los demás –y por último- les quisiera hablar de “Bigotines” –al cual, a veces, le digo: “Hurañines”-, aunque en realidad mas que huraño es temeroso. No comprende a los humanos. Cree que le van a hacer daño.
Se iba a llamar “Botines”, ya que es negro con patitas blancas, pero como tiene pelo blanco encima de la boca –como si se acabase de tomar un sorbo de capuchino- le puse: “Bigotines”. A él le gusta estar solo. Ese sería mi hermano, el que murió hace un mes.




EL ENANO QUE NO ERA ENANO


Hace tres horas, un hombre que parece enano, sin serlo, (en las puertas de una iglesia de este pueblote) me pidió limosna pretendiendo darme a cambio un folleto de seis páginas (el cual tenía la imagen de San Judas Tadeo en la cubierta). Le di una moneda de diez pesos y en lugar de darme el folleto, comenzó a jalonearlo mientras miraba el tamaño de la moneda que le había entregado. (Con la poca misericordia que nos queda a los seres humanos . La miró, soltó el folleto y levanto su codo derecho bruscamente hacia el cielo mostrándome su “Triángulo de Nelaton”). (Es el extremo de los huesos que forman el codo: -formado por tres puntos-: El olécrano, el epicóndilo y la epitroclea). (Llama la atención que uno de estos “puntos” sea femenino… en este momento podéis vosotros tocaros el codo y sentir los tres puntos), en fin, el caso es que esa señal que me hizo, significa lo siguiente: (en “mexicano”): “Chinga tu madre”, que traducido al idioma castellano significa: “Ve a tener relaciones sexuales con tu madre”. (No cabe duda que ahora me doy perfecta cuenta porque San Judas Tadeo es el abogado de los imposibles). El enano que no era enano, es mas allá de la ficción freudiana.




NO HAY CABALLOS ROJOS

Hace diez minutos –obviamente mientras orinaba- pensé que el mustang que pienso comprarme no será mas que un “caballo”, y que no debo de sentir culpas.
Entonces me pregunté ¿ Qué caballo te gustaría montar? ¿Uno negro? ¿Uno gris? ¿Uno rojo?... la respuesta esta en mi glomérulo nefritis no en mi visión.



LA IMPREGNACION DE LA BELLEZA

Cuando voy en el auto quisiera estrellarme contra el que viene de frente. ¿Quién impide que goce la vida? Un atardecer se va, y una niña desflorada esta.
Usufructo podrido de mi reencarnación maldita. Huyo de la plataforma. Me caigo solo. ¿Cuál es la solución?
“¡Vete a un psiquiatra!” me gritaría un lector.




PENDEJADAS DE LOS GENIOS

Creo que confundí la muerte de Cristo con la culpabilidad. Esa deformación me impidió ver que en realidad yo no era el que lo había matado sino que El sería un ejemplo para así poder soportar a una bola de mierdas que “transcurren” por este mundo.
Nietzsche envidiaba profundamente a Cristo pues a leguas se siente que deseaba altares para él.
Por su egolatría Einstein se hizo Pendejo al “crear” la división atómica. Estoy seguro que él sabía que después podría mal usarse.
Otro caso es el de Freud, que no sabía que creaba a un monstruo al “dispensar” –y dispendiar- diagnósticos flagelantes.
Da risa pensar que Darwin es el que menos daño nos hizo.
(En el caso de Nietzsche hay dos grandes confusiones: Los punks que beben cerveza con un libro de Nietzsche en la mano, y los que ignoran que Nietzsche detestaba a los antisemitas).
(El escrito de arriba es “antiséptico”).



MÁS ALLA DEL SER IDEAL


La cucaracha era sabia por naturaleza. Se escondía tan rápido de mi zapato que daba flojera verla. Es increíble lo rápido que nos cansa lo rápido. Hace diez años fui a una carrera de autos. Demasiada gente. Demasiado ideal por la velocidad. Tan solo pude ver –por encima de las cabezas de cientos- unos bólidos impertinentes. Por eso es que prefiero ser el piloto.









LA VERGONZOSA TENTACION DE LOS INTELECTUALES


¿Conocen al diablo? Si su respuesta es “si”, es que también han sentido a Dios.





FILOSOFÁNDOME A MARTILLAZOS


Pinche frustración hija de toda su puta madre. Resulta que compré un reproductor Mp3 de cinco por tres centímetros, con un grosor de nueve milímetros. (Pagué 75 dólares por el).
Después de varios días emocionado por preparar su instalación en mi PC, me sale una ventana que me avisa que TAN SOLO SE PUEDE INSTALAR EN SISTEMAS OPERATIVOS WINDOWS 98 (mi PC tiene el WINDOWS XP), y aparte me aparece otro letrero en donde me avisa que si instalo ese software podría causar daños en toda mi computadora.
No compré ese Mp3 en una tienda de ricos; lo compré en un puesto ilegal (lo raro es que ese mismo aparato lo venden en tiendas de ricos –en donde el WINDOWS 98 ya pasó a la historia-).
Conozco desde hace tiempo a la del puesto; pero ahí les va el “aunque usted no lo crea” de éste texto: Resulta que esa chava delgada con ojos de pajarito leyó los cuatro tomos (completitos) de la biografía de Nietzsche (escrita por Curt Paul Janz).
A veinte pasos de ella hay un grupo de punks que se auto denominan nietzschianos y ni siquiera saben de la existencia de esa magnífica biografía.
Son las tres de la madrugada en este frustrante momento, donde no puedo que nadie me cambie un aparato por nada.
Mis poros sueltan vapor del coraje. No puedo concentrarme en otra cosa mas que en la frustración. (Mis preocupaciones pequeño-burguesas tienen que estar entre paréntesis). Cuando era yo un chavalillo me conformaba con un vil radio AM.
Creo que debo de darme de martillazos en la cabeza.




CIRCULO VICIOSO


Jalarse la verga a secas era una mala costumbre de Alain Delacroix. Era guapo y perverso. No le gustaba usar lubricante para sus “menesteres”. Una brasileña que andaba de turista en París le mostró una vagina más húmeda que una esponja.
--- ¡Métemela! –le gritó borracha abriéndose de patas.
--- ¡No se me para!
--- ¿Por qué?
--- Te babea demasiado el chocho.
La mujer cerró sus piernas y fingiendo molestia se volteó para ponerse de a perrito para que así Alain se la ensartase por el ano.
Y aquí llego a la conclusión de que muy pocos compran mis libros pero por falta de lubricante.




DEMOSLE TIEMPO AL MIEMBRO


Churro tras churro, porro tras porro, toque mas toque, me la paso toda la noche forjando cigarros de marihuana. Ya tengo marihuana hasta en los güevos.
¿Tendré los testículos colocados?
¡Contéstame paciente lector!



LOS HINDUS Y LAS RATAS


Unos hindis compartían su comida con cientos de ratas en el templo sagrado del desgraciado animal. Entonces una de las ratas mordió a uno de los hombres; obvia decir que este le pidió perdón a la rata.

MORALEJA

Deja que tus amigos te muerdan porque son reencarnaciones de ratas sagradas.









EL DIARIO DEL ANO FRANCO



14 de Febrero del 2048

Queridísimo Diario: Hoy en “mi” colonia: (La Condesa) me topé con un cabrón mas puto que yo. Ese wey si de plano es elástico. Se retuerce de tal forma, que él solito se puede ver el agujero del culo. (Aquí ignoro si usar la metáfora: “telescopio” o “microscopio”).
Hoy intenté hacerlo pero tan solo me busqué un torzón en el cuello. Aparte de judío soy gay de corazón. A mis 18 años amo las vergas grandes.
Por la tarde iré a ligar a la Zona Rosa. Quizá me encuentre con algún escritor famoso. Hoy es el día del amor y la amistad y hay que aprovechar. Pero por hoy ya no me aprovecharé mas de ti… querido diario.



15 de Febrero del 2048

¡Ayer no ligué ni madres! Puro pinche buga. ¡Chales! ¿Qué no saben que soy franco?



16 de Febrero mismo año.

Hoy todo el día he andado de floja, perdón, quise decir “de flojo”, pero ¿de qué me preocupo si nadie mas que yo va a leer éste diario? ¡Malditos sean los diarios! Son la soledad en expresión concreta.



17 de Febrero del 2048


Querido Diario: Ayer me porté mal contigo. Tu eres bueno.



18 de Febrero del 2048


¡Eureka! ¡Ayer me ligué a un cuero! ¡Ay papacito! ¡Hubieran visto! Tamaña cañota que tenía. Pero ¿ a quién le habló? ¡Oh! Disculpa querido diario, es a ti a quien debo amar. Bueno, pues te diré que el hombrón ese (de unos 30 añotes) estaba bárbaro como piedra. La mera verdad –querido diario- tu sabes que no se la vi. Nomás le vi el bulto bajo el pantalón. Parecía torero. Me dan risitas querido diario. Soy muy mamón.



19 de Febrero del 2048


Traicionero diario: ¿Por qué no me advertiste que ese wey que me ligué ayer también es franco y pasivo? ¿Qué le gusta que le den por el culo? ¡Ay! ¡Que envidia no tener un tablero de computadora norteamericano en donde siempre aparece la palabra “ano” en vez de “año”! Ay querido diario, que pendejadas escribo con tal de no pensar en la frustración ¿Y si cojo “ano” con “ano? Bien podríamos compartir esos consoladores largos de doble punta. ¿Estoy loco querido diario?



30 de noviembre del 2101


Ahora que soy un viejo, no me queda más que decirte: “¡Chinga tu madre querido diario!”.